domingo, 4 de diciembre de 2011

División y Unificación de Alemania



Si bien el fin de la Guerra Fría a traído como consecuencia la división de varios países por problemas culturales y de identidad, el pueblo alemán vuelve a estar unido luego de la caída del Muro de Berlín, y se analiza como el primer acontecimiento que conduce a una moderación del antagonismo entre las superpotencias.
La división de Alemania fue una consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. En este sentido, se puede apreciar que en las conferencias interaliadas que se llevaron adelante a partir de 1943 (aún antes de culminar la Segunda Guerra) aparece ya la idea de una Alemania dividida(*).
La Conferencia de Potsdam se realiza del 17 de julio al 2 de agosto de 1945, y es decisiva para el destino de Alemania. En ella se redefinen los límites de Polonia (tema que va a volver al debate cuando se hable de reunificación), corriéndose hacia el Oeste, para compensar los territorios tomados por la Unión Soviética.
Además, se divide Alemania en cuatro zonas de ocupación: una para Francia, que se suma en esta conferencia, ya que antes se hablaba de tres zonas solamente; una para Estados Unidos; una para Gran Bretaña y otra para la Unión Soviética.
También se crea el Consejo Aliado de Control, que tendría como fin tratar a Alemania como un todo, por medio de la instauración de organismos centrales.
Por último, se le otorga a Berlín un status especial, ya que la ciudad no pertenecía a ninguna de las cuatro zonas, aunque en la práctica, cada una de las potencias vencedoras ocupó una parte de su territorio.
Es interesante destacar que cada potencia interpretó a su manera la Conferencia de Potsdam. Ello responde a dos motivos fundamentales: por un lado renacieron los temores que habían estado presentes en la Segunda Guerra Mundial, o aún antes con respecto a Alemania. En este sentido se entiende la actitud de Francia que, por la desconfianza hacia una Alemania unida, impide la formación de los organismos centrales, que tenían como fin tratar a Alemania como un todo.
Por otro lado comenzaban a hacerse visible las diferencias que darían lugar al surgimiento de la Guerra Fría, con lo cual era evidente que cuando se hablaba de "democratizar" el territorio alemán, las potencias occidentales lo entendían de una forma y la Unión Soviética de otra.
Al respecto, cabe destacar que al culminar la Segunda Guerra, los Aliados hacían referencia a las "cuatro D" con respecto a Alemania: desnazificación, desmilitarización, descentralización y democratización. "Pero no tardaría en evidenciarse que estos principios se expresaron de forma tan generalizada, que admitían interpretaciones distintas y hasta contradictorias." (Kühnhardt, 1989 : 1)
Aunque los principios de las cuatro D eran ambiguos, parecía que, en cuanto a la división, todos estaban de acuerdo, y ninguna de las cuatro potencias la veía como definitiva. Prueba de ello es la constitución del Consejo Aliado de Control. Aún así, la evolución de la Guerra Fría fue responsable de la precipitación de los acontecimientos y del fracaso del Consejo, ya que, en la práctica, Alemania quedaría desunida por casi cuatro años.


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