Desde que se independizara de España, la vida
política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía con
Estados Unidos. Hasta 1933, en la constitución cubana existía una
cláusula, conocida como la 'Enmienda Platt', que permitía la intervención
norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y los
bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes en Cuba.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se
estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte
de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la
invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos
obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada
por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba.
El recién formado protectorado estadounidense
incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado
cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría
completo control y jurisdicción sobre la bahía de Guantánamo, con propósitos de
operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la República
de Cuba mantenía su soberanía.
Hacia 1952, las empresas norteamericanas
controlaban el 47,4% de la producción azucarera, el 90% de la producción de
electricidad y de las redes telefónicas, el 70% de las refinerías de petróleo,
el 100% de la producción de níquel y el 25% de las casas comerciales, los
hoteles y la industria de productos alimenticios. Desde que comenzó la
revolución, Cuba fue hostigada por Estados Unidos. En 1960, el gobierno
norteamericano dejó de comprar azúcar. Esto condujo a un acercamiento de
los cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de
toneladas anuales de azúcar durante cuatro años. Estados Unidos decidió
entonces no enviar más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.
Las compañías norteamericanas en la isla se
negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando todas
las empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y
teléfonos.
La economía cubana y la dictadura de Batista
La economía de Cuba dependía de las
exportaciones de azúcar, cuya producción y comercialización estaba
controlada por compañías extranjeras. Once empresas estadounidenses
controlaban casi 1.200.000 hectáreas, que representaban el 47,4% de las tierras
dedicadas al cultivo de caña de azúcar.
Fuerzas revolucionarias cubanas lideradas por
Camilo Cienfuegos, avanzan hacia el latifundio de United Fruit Company para
realizar en nombre del pueblo cubano la intervención y nacionalización de las
tierras según dispuesto por la reforma agraria de Castro en 1959.
Como en otros países de América Latina,
existían, además, grandes latifundios. Según un censo de 1945, 4 mil
personas eran dueñas de más de la mitad del territorio.
A partir de 1944, por primera vez la
mayoría de la población pudo participar en elecciones. Sin embargo, los
gobiernos electos continuaron bajo la influencia de Estados Unidos.
En los primeros años de la década de 1950 se
incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las
movilizaciones de protesta, un sector del ejército apoyado por compañías
norteamericanas y empresarios cubanos, dio un golpe de Estado. El nuevo
dictador fue Fulgencio Batista.
La dictadura sólo se sostuvo mediante una
violenta represión. En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en
sus reclamos la lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social
con los planteos de independencia económica y autonomía y, por lo tanto,
contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región.
En la universidad se colgaron banderas negras
como señal de luto por la "muerte de la democracia" y se conformaron
las primeras organizaciones de oposición. Los estudiantes reclamaban el
retorno a las formas democráticas de gobierno, y propiciaban, para ello, como
método de lucha válido, incluso la violencia acompañando las protestas masivas
de la oblación.
El inicio de las acciones guerrilleras
Como parte de las acciones rebeldes, el 26 de julio de 1953, un centenar de
jóvenes pertenecientes a los sectores medios y obreros, ¡¡dorados por Fidel
Castro, intentaron tomar el cuartel de Moncada, la segunda base militar de¡
país. Buscaban con esta acción dar comienzo a un proceso que llevara al
derrocamiento de¡ dictador. El asalto fracasó, pero permitió al grupo
revolucionario hacer un llamamiento a la insurrección y a la unión de¡
"pueblo" cubano: obreros rurales e industriales, pequeños agricultores,
maestros, comerciantes, profesionales, desocupados, en definitiva, todos los
sectores excluidos de la sociedad.
En 1956, los integrantes de¡ Movimiento 26 de
Julio -denominado así por los revolucionarios luego de¡ acontecimiento de
Moncada- organizaron desde México una expedición para ingresar clandestinamente
en Cuba. A bordo de un pequeño barco de nombre "Gramma",
desembarcaron en las playas de la Isla y se establecieron en Sierra Maestra,
donde crearon un foco guerrillero. Con el tiempo, el grupo inicial
terminó convirtiéndose en el "ejército rebelde".
Los guerrilleros dieron a conocer un
manifiesto en el cual se expresaba la necesidad de que todas las organizaciones
opositoras cubanas se unieran y formaran un gran frente revolucionario. Éste
debía nombrar un gobierno provisional que exigiera la renuncia de¡ dictador y
convocara inmediatamente a elecciones libres.
El ejército rebelde comenzó así a salir de su
aislamiento y a encontrar nuevas adhesiones. Se sumaron importantes
contingentes de jóvenes que fueron conducidos por líderes como Camilo
Cienfuegos y el argentino Ernesto "Che" Guevara.
Durante los primeros meses de 1958, los
guerrilleros intentaron, sin éxito, organizar una huelga general. A
partir de este fracaso, decidieron continuar fortaleciendo las guerrillas
rurales para resistir la ofensiva de¡ ejército de Batista y, posteriormente,
invadir los llanos, tomar las provincias centrales y, por fin, derrocar a la
dictadura.
En pocos meses fueron conquistando estos
objetivos y, con el apoyo de amplios sectores de la población, en enero de
1959, tomaron La Habana, capital de Cuba. La lucha antidictatorial por el
retorno a las formas democráticas de gobierno, pronto se transformó en una
verdadera revolución social.
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto
de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba. El ejército
de la dictadura fue reemplazado por el "ejército rebelde", los cargos
de gobierno fueron asumidos por los jefes revolucionarios y, a partir de allí, se
inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.
Los cambios revolucionarios
Para modificar las enormes desigualdades económicas que caracterizaban a la
sociedad cubana, el gobierno revolucionario comenzó a aplicar la Reforma
Agraria. Una primera ley de 1959 estableció que serían expropiadas
todas aquellas tierras que excedieran las 400 hectáreas, por lo cual se
respetarla la propiedad de pequeños y medianos productores. No obstante,
en 1963 otra ley decidió la expropiación de todas las parcelas mayores de 63
hectáreas. La mayor parte de las tierras fueron distribuidas entre los
campesinos que carecían de éstas y el resto pasó a formar parte de las
haciendas estatales, las cuales ofrecieron trabajo a los desocupados de las
zonas rurales.
Con la revolución la formación integral de los
estudiantes empezó a combinar el estudio con el trabajo. Aquí se ve a un
estudiante secundario trabajando la siembra de tomates en 1962.
A pesar de haber iniciado una política industrializadora, los fracasos de la
misma llevaron al gobierno revolucionario a reforzar la producción de bienes
primarios, fundamentalmente níquel y azúcar.
La política económica llevada adelante por el
gobierno revolucionario afectó, desde un primer momento, los intereses de
Estados Unidos en Cuba.
En 1961 Cuba rompió relaciones con Washington
y proclamó el carácter socialista de su gobierno y estrechó sus lazos
comerciales con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y el
resto de los paises socialistas. Frente a esta decisión, Estados Unidos
presionó a los demás países de América Latina y logró que expulsaran a Cuba de
la Organización de Estados Americanos y rompieran relaciones con su gobierno.
Cuba sólo logró mantener relaciones con México.
Los cambios en la economía fueron acompañados
por reformas en otras áreas, que buscaban transformar a la sociedad
cubana. En ese sentido, el gobierno estableció dos áreas de prioridad: la
educación y la salud. Se iniciaron campañas masivas de alfabetización, se
crearon nuevas escuelas y universidades, creciendo notablemente el número de
alumnos y maestros.
En cuanto a la salud, se implementó una red
sanitaria para garantizar en forma gratuita la asistencia a toda la
población, se crearon nuevos hospitales y clínicas, así como también,
institutos de investigaciones médicas.
Una nueva ley de alquileres redujo su valor en
un 50%. Además, se otorgaron créditos a largo plazo para que los
inquilinos pudieran comprar sus casas. Se estableció la gratuidad de
todos los servicios (agua, luz, gas, teléfonos, etc.) y el establecimiento de
una ración de alimentos y vestimenta para cada uno de los cubanos.
También se intentó reducir las diferencias salariales entre los trabajadores.
La adopción de todas estas medidas, que
eliminaban el sistema capitalista en Cuba, sus buenas relaciones diplomáticas y
comerciales con los demás países socialistas y el apoyo brindado a las luchas
sociales en diversos sitios de¡ planeta, llevaron a que Estados Unidos buscara
por todos los medios aislar a Cuba de los demás países latinoamericanos y
ahogarla mediante un bloqueo económico y marítimo que afecta al
pueblo cubano desde hace décadas.
EL GOBIERNO DE CASTRO: LA IMPLANTACIÓN
DEL COMUNISMO
El régimen de Castro pronto mostró su
tendencia izquierdista. La reforma agraria promulgada en los primeros años
afectó principalmente a los intereses estadounidenses en la industria del
azúcar; Castro prohibió el establecimiento de plantaciones controladas por
compañías de accionistas no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de
azúcar en favor de otros cultivos alimenticios.
RUPTURA CON ESTADOS UNIDOS
En 1960 el gobierno cubano nacionalizó todas
las compañías estadounidenses de la isla, medida a la que Washington respondió
con la imposición de un embargo comercial. En enero de 1961 se rompieron
totalmente las relaciones diplomáticas entre ambos países y el 17 de abril
1.300 exiliados anticastristas, apoyados y entrenados por Estados Unidos,
llevaron a cabo en el sur de Cuba el desembarco de bahía de Cochinos.
En otoño de 1962 las relaciones entre ambos
países se volvieron aún más tensas, cuando Estados Unidos comprobó que Cuba
había instalado en su territorio misiles de origen soviético. El presidente
estadounidense John F. Kennedy anunció entonces el bloqueo naval de la isla
para evitar la llegada de más barcos soviéticos con armas. Después de varios
días de negociaciones, durante los cuales la guerra nuclear parecía inminente,
el presidente soviético Nikita S. Jruschov aceptó el 28 de octubre desmantelar
y eliminar las bases de misiles, a cambio de la promesa del presidente Kennedy
de no invadir la isla. Durante la década de 1960 las relaciones con Estados
Unidos siguieron siendo hostiles; en 1962 Cuba fue expulsada de la Organización
de Estados Americanos (OEA) debido a la presión que el gobierno estadounidense
ejerció en contra del régimen de Castro. En 1965, por mediación de la Embajada
de Suiza en Cuba, los gobiernos de ambos países acordaron permitir a los
cubanos emigrar a Estados Unidos: más de 260.000 salieron del país antes de que
el puente aéreo se diera por terminado de manera oficial en abril de 1973.
PERIODO DE AISLAMIENTO
Muchas de las actuaciones políticas de Castro
distanciaron a Cuba de algunos países de Latinoamérica, aunque fueron
aplaudidas por muchos sectores populares del continente. Después de ser
expulsado de la OEA, el gobierno de Castro fue acusado de intentar fomentar la
revolución en Venezuela, Guatemala y Bolivia, país donde el Che, que dirigía un
grupo guerrillero, fue capturado y asesinado en 1967. Mientras tanto, Cuba
continuó dependiendo de la ayuda económica de la Unión Soviética y de los
países del bloque socialista. En 1972 se firmaron varios pactos con la URSS que
garantizaban la asistencia financiera soviética, el desarrollo comercial entre
ambos países y la prórroga de los pagos de la deuda cubana; además, Cuba se
convirtió en miembro del COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica.
El I Congreso del Partido Comunista Cubano se
realizó a finales de 1975 y un año después se adoptó una nueva Constitución
nacional que incrementó el número de provincias de 6 a 14 y creó la Asamblea
Nacional, la cual celebró su primera sesión en diciembre de 1976 y eligió a
Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno.
FIN DEL AISLAMIENTO
A mediados de la década de 1970 Cuba emergió
del aislamiento diplomático. En julio de 1975, durante una reunión realizada en
la capital costarricense de San José, la OEA aprobó una resolución de libertad
de acción con la que se modificaba el embargo comercial a Cuba y otras
sanciones impuestas en 1964 por esta organización. Las relaciones con Estados
Unidos también comenzaron a mejorar; las restricciones en los viajes a Estados
Unidos se hicieron más flexibles y, en septiembre de 1977, los dos países
abrieron delegaciones en las capitales respectivas. No obstante, Estados Unidos
advirtió a Cuba que las relaciones no podrían normalizarse hasta que sus
demandas respecto a las propiedades estadounidenses nacionalizadas fueran
satisfechas y Cuba limitara o pusiera fin a sus actividades en África.
PRESENCIA CUBANA EN ÁFRICA Y AMÉRICA
Por lo general, la presencia cubana en el continente africano fue interpretada
por Occidente como la punta de lanza de un creciente dominio soviético en la
región. Como recompensa, Cuba recibió del gobierno soviético ayuda económica
por valor de cerca de 3 millones de dólares diarios. En 1979, y a pesar de su
estrecha relación con la URSS, Cuba fue la sede de la VI Cumbre de la Organización
de Países No-Alineados, en la cual Fidel Castro fue elegido presidente para los
siguientes tres años.A mediados de la década de 1960 habían comenzado a llegar
asesores militares cubanos al continente africano, principalmente a Angola y
Etiopía. Castro envió militares que formaron parte de la guardia personal de
figuras como el presidente congoleño Alphonse Massamba-Débat. No obstante, no
fue sino hasta 1975 cuando las fuerzas de combate cubanas entraron en plena
acción en el continente, apoyando al gobierno marxista de Angola.
Posteriormente, las tropas cubanas reforzaron al régimen marxista de Etiopía,
que resultó vencedor en su guerra contra Somalia en la región de Ogadén. En
1980 las actividades cubanas se habían extendido hasta el Oriente Próximo, concretamente
a Yemen del Sur.
En 1980 Castro modificó temporalmente las
restricciones de salida del país; cerca de 125.000 cubanos huyeron a Estados
Unidos antes de que el flujo volviera a ser detenido, en lo que se conoce como
“éxodo del Mariel”. Nuevamente las relaciones con este país se deterioraron,
cuando el gobierno estadounidense acusó a Cuba de ayudar a los rebeldes
izquierdistas de El Salvador; otro punto sensible en las relaciones entre ambos
países fue la ayuda brindada por asesores cubanos al gobierno sandinista de
Nicaragua. Además, en octubre de 1983 cientos de trabajadores de la
construcción y personal militar cubanos fueron obligados a abandonar Granada
después de la invasión de la isla por las tropas de Estados Unidos.
FIN DE LA AYUDA SOVIÉTICA
En abril de 1989, con motivo de la visita del
presidente soviético Mijaíl Gorbachov a La Habana, ambos países firmaron un
tratado de amistad por 25 años,
aunque Fidel Castro rechazó abiertamente la
aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había
establecido en la URSS. En julio de ese año cuatro oficiales del Ejército
fueron ejecutados y otros diez sentenciados a prisión acusados de contrabando y
tráfico de drogas, el peor escándalo desde que Castro había llegado al poder.
Con el colapso de la URSS a principios de la década de 1990, las ayudas y
subsidios comerciales del bloque soviético a Cuba llegaron a su fin y las
fuerzas soviéticas fueron gradualmente retiradas del país. Posteriormente,
Estados Unidos endureció aún más las sanciones en contra de las relaciones
comerciales con Cuba y en noviembre de 1992 la Asamblea General de la ONU
aprobó una resolución pidiendo el cese del embargo estadounidense. Estas
resoluciones condenatorias de la ONU se repitieron de forma consecutiva en los
años posteriores. En 1993 todas las tropas soviéticas enviadas a Cuba durante
la crisis de los misiles ya habían sido retiradas.
LOS ÚLTIMOS AÑOS
Durante 1993 y 1994 se produjo la denominada
“crisis de los balseros”: miles de cubanos cruzaron el estrecho de Florida
después de que fueran levantadas las restricciones de salida; sin embargo, las
continuas limitaciones impuestas por Estados Unidos a la entrada de ciudadanos
cubanos en ese país incumplían los acuerdos migratorios a los que se había
comprometido después del “éxodo del Mariel”. Esta situación llevó a los
gobiernos cubano y estadounidense a mantener conversaciones bilaterales, cuyo
resultado fue un nuevo acuerdo que normalizó la situación.
En 1996 el Congreso de Estados Unidos aprobó
la ley Helms-Burton, que profundizó en el boicot económico ya existente al
pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con
otras (filiales o no) radicadas en la isla. La Unión Europea, en clara
oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de Asuntos
Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de esta ley.
Esta normativa no ha sancionado todavía a ninguna de las empresas que comercian
con Cuba, pero sí ha disuadido a aquellas que desean tener relaciones
comerciales con la isla.
En enero de 1998 el papa Juan Pablo II realizó
una histórica visita a la isla de Cuba, durante la cual se mostró a favor de un
cambio de la política de Estados Unidos hacia la isla por “lesionar a los más
necesitados”. Fidel Castro criticó el embargo estadounidense, al que calificó
como “genocidio con el que se intenta rendir por hambre al pueblo cubano”. El
Papa celebró varias misas multitudinarias, pidió la reconciliación de todos los
cubanos y destacó la importancia capital del catolicismo en la formación última
de la nación. Asimismo, solicitó la liberación de los presos políticos que
llevaran más tiempo en las cárceles cubanas, petición que fue llevada a efecto
de manera parcial semanas después por el régimen castrista.
Entre los meses de julio, septiembre y octubre
de ese año la isla caribeña se vio sacudida por una serie de desastres
naturales: así, cerca de un millón de personas se vieron afectadas por la
devastadora sequía que afectó durante los meses estivales a las provincias del
Oriente insular (Holguín, Las Tunas, Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba).
Buena parte de las cosechas se perdieron y la escasez de agua potable obligó al
abastecimiento de la población y de la cabaña ganadera mediante de camiones
cisterna.
Poco después, el huracán Georges alcanzó,
procedente de la República Dominicana y Haití, el territorio cubano,
concretamente las ya damnificadas provincias orientales, dejando a su paso
grandes inundaciones y destrozos, lo que provocó graves pérdidas en la economía
cubana, que vinieron a añadirse a los dañinos efectos de la prolongada sequía.
La ciudad de La Habana fue la sede de la IX
Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en noviembre
de 1999. Tan sólo acudieron a ella 21 mandatarios, entre los que se encontraba
el rey Juan Carlos I, el primer monarca español que visitó la isla, y por
diversas razones faltaron cinco presidentes americanos (los de Chile,
Argentina, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador). Al término de la Cumbre, los
asistentes firmaron la llamada Declaración de La Habana, que entre otras
afirmaciones instaba al gobierno estadounidense a poner fin a la aplicación de
la ley Helms-Burton.
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